El Gobierno de Chile ratificó hoy a Santiago como sede para la final de la Copa Libertadores del próximo 23 de noviembre entre River Plate y Flamengo, a pesar del conflicto social y político que vive el país desde hace dos semanas.
La nueva ministra de Deportes, Cecilia Pérez, dijo que le transmitió al presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, la "firme voluntad y compromiso" del Gobierno para que el encuentro se realice en el Estadio Nacional.
Subrayó que un acontecimiento de ese tipo "le hace bien al país" y agregó que el Ministerio del Interior coordinará las medidas para garantizar la seguridad el día de la final, la primera del torneo que se disputará a partido único.
Por su parte, la Conmebol, a través de su cuenta de Twitter, agradeció el "compromiso" del Gobierno chileno para garantizar la seguridad. "La final es la celebración del fútbol con y para el pueblo chileno. Seguimos avanzando", indicó.