Esta fue la semana en que el fútbol nos ha dado mucho de qué hablar, con temas de gran interés y que por su utilidad deben ser analizados con mayor profundidad. Todos los temas no tienen que ver con el resultado de un partido, ni con la disposición táctica aplicada. Por coincidencia, en esta ocasión, todos tienen que ver con aspectos conceptuales, cruciales para el avance y desarrollo institucional del fútbol nacional. Son los siguientes:
1) La carta de los honorables de Barcelona 2) Un código de ética para los dirigentes 3) Las sociedades anónimas deportivas 4) El sistema de campeonato ecuatoriano 5) El odio en el fútbol, por Miguel Ángel Loor.
Todos estos temas contienen aristas diversas, dignas de un ambiente más de incertidumbre que de certezas. La experiencia en la historia de nuestro fútbol en el ámbito institucional confirma que de enunciados y de buenos propósitos siempre hemos estado revestidos. Aunque en honor a la verdad, en estos últimos años en ese ámbito hemos sido testigos de nuevas propuestas que las analizaré a continuación en esta columna.
1) La carta de los honorables. Me he permitido llamar así a los ocho barcelonistas como son Nicolás Romero, Julio Jurado, Esteban Amador, Juan José Vilaseca, José Tamariz, Santiago Salem, Isidro Romero y Jaime Nebot. Todos ellos, autorizados por sus antecedentes, ofrecen la intervención de una firma auditora internacional, que pueda evaluar fundamentadamente el monto del pasivo del BSC, considerando que a partir de ese hecho se podrán discutir y adoptar soluciones financieras para los males que sufre el club.
Desde mi punto de vista, el propósito es importante porque la propuesta es específica y cumple con una vieja aspiración del gran conglomerado barcelonista: poder determinar los activos y pasivos. Solo así se permitirán acometer vías financieras para la reestructuración de las deudas que han agobiado la administración en los últimos años; además, permitirá hacer flujos y presupuestos que las finanzas reales permitan.
Lo importante de la misiva de los ocho toreros es que nos hace saber que no persiguen fines políticos, aunque el petitorio es en plena etapa preelectoral. Esto podría crear alguna sensibilidad sobre la finalidad, aunque la carga moral de quienes lo solicitan y la inmediata apertura del presidente José Francisco Cevallos me permite creer que aunque es un pedido que debió hacerse antes, cumple con la expectativa porque sea quien sea el ganador de la próxima contienda electoral, tendrá en sus manos una herramienta útil para los fines consiguientes.
2) El código de ética para la dirigencia del fútbol ecuatoriano. Es algo nunca antes visto, al menos no recuerdo que se haya elaborado un estatuto de conducta para normar las relaciones y convivencia de la dirigencia, dejando claro que en el reglamento disciplinario del campeonato nacional siempre existieron varios artículos y procedimientos que sancionaban las inconductas. Parecería que el tema ha precipitado su aprobación y para muestra un botón. Hemos sido testigos en estos días de que dirigentes como Luis Alfonso Chango y Miller Salazar llenaron de adjetivos calificativos altisonantes la gestión de uno y del otro. Tal fue su repercusión que el presidente de la LigaPro, Loor, declaró: “Me da risa el código de ética, lo implementamos el lunes y ya tenemos candidatos” (para aplicarlo). Cosas dignas de Ripley, ¡Aunque usted no lo crea!
3) Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Con la finalidad de que los clubes de fútbol se manejen como verdaderas empresas, la LigaPro aprobó seguir los pasos legales que permitan la transformación en SAD sin que sea obligatoria. Pienso que será útil su implementación para que compañías se dediquen al desarrollo y patrocinio de entidades deportivas de índole profesional, con accionistas con restricciones, para evitar la concentración en pocas manos del capital social. Esa sería un nuevo tipo de sociedad la que regirá a lo dispuesto en la ley de compañías, para las sociedades anónimas.
Creo que debidamente instituida, generando beneficios paralelos, como son, por ejemplo, los aportes que se hagan a favor de la SAD, el aportante puede deducir del pago de impuesto a la renta o exenciones de impuestos a la salida de capitales. En fin, el objetivo principal es la correcta administración de los recursos y su rendición de cuentas que exige el régimen societario.
4) El sistema de campeonato 2019. Desde la misma dirigencia existen criterios contradictorios; unos a favor de la continuidad del formato y otros que desde ya proponen uno diferente, sin esperar la evaluación que se pudiera efectuar terminado el campeonato. Quienes solicitan el cambio alegan que el actual sistema ha hecho perder interés del aficionado, por lo que han dejado de asistir a los escenarios.
También reflexionan que respecto a un torneo de largo alcance en este sería injusto que quienes han mantenido una gran regularidad durante todo el año en los playoffs y en dos partidos puedan quedar eliminados. Es el caso de Macará, que con la cantidad de puntos y esas estadísticas privilegiadas, podría quedar eliminado.
Pienso que los playoffs serán emocionantes, pero también pueden causar distorsiones que podrían crear más apatía. Esto considerando el supuesto de que los clubes con más convocatoria del país queden eliminados precozmente, con las consecuencias sospechadas, no alcanzará la frase “el fútbol es así” para revertir tan importante impacto.
Es correcto evaluar al final, pero creo que será importante ir pensando en un nuevo modelo de campeonato que permita crear mejores expectativas que las vividas en el presente año.
5) El odio en el fútbol, según Miguel Ángel Loor. La verdad es que llamó la atención que exprese que en el fútbol del Ecuador “hay mucho odio”. Y dio como ejemplo el caso de que si se contrata a un técnico para la Selección “le dan palo y dicen que no sirve” y que el fútbol genera pasión, pero más odio. Pero Loor no llegó a precisar exactamente de qué estamento nace ese sentimiento infeccioso, alimentado por una ira que busca desahogo, como lo califica Luis Muiño en su tratado “La verdadera cara del odio”.
Si el presidente de la LigaPro ha querido referirse a la prensa deportiva, no solo que exagera, sino que generaliza y eso es inaceptable. Es importante recordar que la tarea del crítico es siempre controvertida porque la cumple dentro de una valoración subjetiva, debidamente fundamentada y probada. Se lo puede demostrar en la experiencia con el Bolillo, que fue una época perdida en resultados y en dinero; demostrado aquello, es un error acusar que por el odio de la prensa se finiquitó la relación con el DT en mención.
Además, la prensa no es juez, pero sí fiscal que trabaja al servicio de la opinión pública cuando indaga, pesquisa e investiga los hechos. Los jueces son los que escuchan, los que leen, los que deciden, que en casos como en nuestro fútbol, son los propios dirigentes.
En todo caso, no podíamos dejar pasar estos cinco capítulos, que están frescos para un análisis justo y necesario, que a veces nos llena de certeza, pero también de muchas dudas. (O)
Si el presidente de la LigaPro –al hablar de ‘odio en el fútbol’– ha querido referirse a la prensa deportiva, no solo que exagera, sino que generaliza y eso es inaceptable".