“Soy bicampeona panamericana de para bádminton. No voy a ir y competir. Es defender el título. Quiero ganar esa medalla”, dijo antes de que arranque Lima 2019. Pilar Jáuregui estaba segura de su objetivo, y por porque tuviera 31 años -total, en el para deporte la edad es lo de menos-. sino porque existían argumentos.
La peruana, el año pasado, quedó cuarta del mundo, se llevó tres oros panamericanos y fue Premiada por el Comité Paralímpico de Las Américas como la mejor para-deportista. Esta vez, era la primera que esa disciplina se presentaba en unos Juegos Parapanamericanos: quería hacer historia y ser la primera campeona parapanamericana. Y lo logró.
Con 168 puntos a favor y apenas 20 en contra (y 13 de ellos en la final), Pilar Jáuregui cuidó su invicto en los ocho sets que jugó y se quedó con la medalla de oro tras vencer a la coreana Yuka Chokyu.
La para atleta puneña llegó al bádminton en 2016, casi sin querer y gracias a Pedro Pablo de Vinatea, a quien conoció en los Juegos Panamericanos Toronto 2015. "Él fue por natación y yo por básquet. Al regresar, nos invitó a una clínica de para bádminton con la Federación. Sortearon dos raquetas y, supuestamente, gané una. Me la creí hasta hace días", recuerda.
En realidad, no hubo ningún sorteo. Se la dieron intencionalmente porque vieron futuro en ella, aunque, en ese entonces, Pilar pensaba distinto. Su prioridad eran otros deportes. Por eso, aunque el 'profe' de Para Bádminton, Isaac Cuña, la invitaba a usar la raqueta casi a diario, ella inventaba alguna excusa para dirigirse a las canchas de tenis, su pasión, y básquet, el deporte que le permitió vestir la blanquirroja a nivel internacional.
Cambio de planes
Cierto día, más por curiosidad que por convencimiento, decidió entrenar algunos días y, casi de inmediato, competir en un Open. "Fui a ver qué tal y me quedé con la de oro. Era la primera vez que competía en bádminton y no sabía cuántos puntos debía sumar, solo sabía que no tenía que dejar caer la pluma en mi cancha. Hace poco recién tuve que aprender las reglas. Yo solamente compito y no me gusta perder. Eso es lo que hago", cuenta PIlar.
Meses después, entre mayo y junio de 2016, el entrenador le pidió prepararse bien para el Panamericano que se llevaría a cabo a fin de año en Colombia. Aceptó. Empezó a trabajar a doble turno y, una vez más, obtuvo la de oro: "Era algo realizado. Esa fue la prueba: dije 'me quedo en el bádminton'".
Aunque una lesión congénita en la cadera le pasó factura desde los 10 años y la obligó a usar primero bastón y luego silla de ruedas, el deporte le devolvió la motivación. "Empecé a los veintitantos años. Mi mamá es maratonista aficionada, vio a los chicos que corren en ruedas de maratón y, como loca, se fue. Yo no quería. Nos dijeron que teníamos que ir al tenis. Al inicio no iba. Cuando fui, lo hice con ropa de vestir, como para no hacer deporte. Los chicos me hicieron sentar en una silla y me dieron raqueta,. Fui a las 2:00 pm. y salí a las 6:00 pm. Desde ahí, mi vida ha cambiado", afirma.
Aunque el tenis la enamoró, y el básquet la hizo a representar a su país por primera vez, el apoyo de la federación de bádminton la llevó a elegirlo como su deporte de cara a Lima 2019. Y fue una buena elección: la historia dirá que la primera medalla de oro en unos Juegos Parapanamericanos es peruana, y se llama Pilar Jáuregui.
(La nota -ver video- se realizó antes de Lima 2019)