Martín Gamero y Fabricio Abatte
Neuquén.- No sólo los corazones argentinos laten al ritmo del Mundial. También los extranjeros que viven en nuestra provincia le ponen pasión a la cita ecuménica que se disputa en Rusia.
El equipo de deportes de LM Neuquén tomó la iniciativa de juntar a varios foráneos radicados en el Valle cuyas selecciones están disputando el certamen. El lugar de encuentro fue uno de los símbolos más importantes de la capital: el monumento al general San Martín.
Asistieron con sus banderas, camisetas, alegría y elementos típicos de sus países, demostrando que a pesar de la distancia, las tradiciones las llevan a todas partes.
La rusa Nina Pikush, nacida en Ust-Ilimsk (a más de 5000 kilómetros de Moscú), arribó con el clásico ushanka (sombrero de orejeras). Mientras duró la colorida reunión, estuvo acompañada de una amiga coterránea, Zina Mikhaylova (Irkutsk), que le acercó la bandera. Nina es ingeniera y actualmente trabaja de ama de casa. Hace cuatro años y medio que llegó a Neuquén. Zina, profesora de ruso e inglés, hace 10 años que se estableció por aquí. Gente que pasaba por el epicentro de la capital tomaba fotos de ellas y consultaban si eran rusas “posta”...
La más puntual fue Kathleen Niederberger, una panameña nacida en David, capital de la provincia de Chiriquí. Poco acostumbrada al frío patagónico y al fútbol, ya que en su país se destaca como deporte el béisbol, ni el frío quitó la sonrisa de su cara por la primera participación en un Mundial de los canaleros. Terminó sus estudios de médica en Argentina y hace tres meses ejerce en la capital.
Siguiendo con el color rojo, otro que respondió a nuestra propuesta fue el español Jesús Rodríguez. Oriundo de Cádiz, no ocultó su fanatismo por el conjunto andaluz y llegó con la camiseta del submarino amarillo. Desde mediados de marzo se encuentra en nuestra provincia estudiando geografía por un programa de intercambio en la UNCo. Cruzamos el océano Atlántico para volver a Sudamérica y hablar con el peruano Carlos Carreño (Lima). Estuvo acompañado por su señora Mariana y su simpática hijita Cata, ambas argentinas. Hace cuatro años vive en Neuquén.
Otra extranjera que estuvo escoltada por su hijo fue nuestra entrañable compañera laboral, Paola Martínez, de Colombia. Tomás, que es argentino, se refugió en la bandera del país que tiene a José Pekerman como entrenador cuando se levantaron algunas ráfagas de viento. Paola se instaló hace siete años por aquí.
Con el infaltable termo bajo el brazo y el mate listo, llegó al Monumento desde Cipo Cecilia Rostan Rivero, uruguaya. La infusión ayudó a todos a sobrepasar el fresco clima. Hace cuatro años que está en la zona.
Al final algunos intercambiaron teléfonos. Ellos también viven a full el Mundial.