El árbitro ya había adicionado cuatro minutos y Defensores de Belgrano se jugaba la última ficha. Había buscado el gol del empate por todos lados. Ya había mandado al área a Luciano Goux, uno de sus zagueros en busca de un cabezazo heroico.
Pero fue su arquero el que lo invitó a soñar.
Un centro desde la derecha encontró a Albano Anconetani, histórico emblema de Defe, en el corazón del área. El hombre de 41 años que jugaba el último partido de su carrera saltó más que todos. El área estaba súper poblada. Veinte jugadores. Y entre ellos un arquero que ganó y cabeceó de pique.
En el camino al arco apareció Pablo Miranda -había entrado en el complemento- para empujarla al gol y desatar la euforia de la multitud local que empezaba a resignarse.
Una locura total en Defensores. De la mano de su icono, el arquero histórico que atraviesa la recta final de su carrera de la mejor manera.
Historia de un ascenso: Defensores de Belgrano, el club que se aferra a su barrio y sus tradiciones
El agónico 1-1 ante UAI Urquiza (Mazur había puesto en ventaja a los visitantes) estiró la definición a los tiros desde el punto del penal.
En la tanda de penales, el panorama empezó complicado para Defe. Pietrobono le atajó a Vazzoler el tercer tiro de la serie y le dio ventaja a la UAI Urquiza. Pero entonces se agigantó la figura de Anconetani, en su último partido. El arquero de Defensores le atajó a Suárez y a Cozzoni y entonces Miranda, en el último penal, acertó para el 4-2.
"Este final es increíble, no se le da a cualquiera. Era mi sueño retirarme con el ascenso y pude lograrlo", resumió Anconetani. El héroe de Defensores en un ascenso a la B Nacional para la historia.