CIUDAD DE MÉXICO -- El escritor mexicano Juan Villoro dijo en alguna ocasión que el futbol nacional es especulativo dentro y fuera de la cancha, además de que la prioridad no es tener una Liga competitiva, si no el negocio que está en la compra y venta de jugadores.
Con la recta final del torneo empieza la etapa que refiere Villoro, en la cual los rumores de cambios de camiseta están a la orden del día, algunos de ellos se concretan, y la desinformación en los tiempos de las redes sociales vive en pleno apogeo.
Tan pronto fueron eliminados de la Liguilla algunos clubes, o los que ni siquiera clasificaron, y las aguas comenzaron a moverse. El caso más sonado hasta ahora es el de Rodolfo Pizarro.
Hace apenas una semana el talentoso mediocampista hizo público su deseo de seguir en Chivas en caso de no tener alguna oferta del futbol europeo; sin embargo, el tema dio un giro y en varios medios de comunicación se da como un hecho que ya fichó con el Monterrey, que habría pagado 15 millones de dólares.
La reacción de los aficionados al equipo más popular del país no se hizo esperar, y hay desde convocatorias a marchas y boicots contra la directiva encabezada por Jorge Vergara y José Luis Higuera, hasta la exigencia a estos personajes para que vendan al equipo.
Las especulaciones —puesto que aún no hay nada oficial— en cuanto a la posible venta de Pizarro a Rayados, apuntan a que la directiva está molesta con el jugador por haber sido uno de los que encabezó la protesta pública por el atraso de los pagos, y por ello querría desprenderse de él.
Esto sumado a que el equipo necesita dinero y vender a Pizarro supondría una inyección económica importante...
¿No importa que Rodolfo ya sea uno de los consentidos de la afición? ¿No importa que sea uno de los mejores futbolistas nacionales de la Liga MX, si no es que el mejor? ¿No importa que Chivas tenga en diciembre un Mundial de Clubes por primera vez en su historia? ¿No importa que él solo se vea fuera del Guadalajara si es para marcharse a Europa?
La respuesta parece sencilla y no debería sorprender: No, no importa. El grueso de los directivos y dueños de equipos en México atienden a la inmediatez, no hay planeación y si vender a un futbolista soluciona uno o dos 'problemas' momentáneos, lo venden. Simple.
Si ya es ídolo, si no hay otro con su talento, si volverán a desmantelarse o si a la gente le duele que se marche, es lo de menos. Negocios son negocios.
Por ahora no hay nada oficial, pues ni Pizarro ni Chivas ni Monterrey se han manifestado al respecto... Lo cierto es que el nombre del tamaulipeco de 24 años ha estado en boca de todo el mundo en las últimas semanas, primero porque al parecer Juan Carlos Osorio no lo llevará al Mundial; después, debido a que le mentó la madre al América en pleno festejo por el título de la Concacaf; y ahora, por su posible salida de Chivas.
Es un hecho que Rodolfo Pizarro se va del Guadalajara. Es un gran jugador al que me gustaría ver en el Mundial https://t.co/zcH1K5XIsc
— Heriberto Murrieta (@Beto_Murrieta) May 7, 2018
Este caso es apenas el inicio de muchos que vendrán en el largo receso de la Liga MX por el Mundial. Por lo pronto, Ricardo Peláez ya está en Cruz Azul; a Jesús Gallardo se le coloca en Monterrey; y Nico Castillo se despidió de los Pumas y volvería a Europa, entre otros tantos rumores.
Especulativo dentro y fuera del terreno de juego, y con el negocio como prioridad por encima de lo deportivo, así es el futbol mexicano...
Con todo y esto luego vienen las queja porque no se llega al quinto partido y porque la Selección no da el salto de calidad que todos desean. Es México y es su futbol, un espejo acrecentado de la sociedad.