Jürgen Klopp es, quizá, el entrenador más infravalorado a nivel mundial. El estratega teutón se ha convertido un experto en llevar a instancias definitivas de torneos a clubes que lucían en un inicio como un participante más y no un candidato para consagrarse como campeón, teniendo como claros ejemplos al Borussia Dortmund y al Liverpool en la Champions League. Y, si queremos ir más atrás, podemos tener en consideración su etapa en el Mainz, equipo al que llevó de la Segunda División Alemana a la Copa UEFA.
Cuando se habla del mejor estratega del planeta, los primeros nombres que salen a la luz son Pep Guardiola, José Mourinho, Zinedine Zidane, entre otros. Y eso no está mal. Todos ellos han llegado a ganar Champions League y varios torneos domésticos con los equipos que les ha tocado dirigir, aunque desde un inicio eran favoritos para acabar en los primeros lugares a diferencia de las experiencias que ha vivivo Klopp. El hoy técnico del Liverpool ha tenido que afrontar ligas como la Bundesliga, donde ya es una costumbre ver ganar al Bayern Münich, y la Premier League, donde su escuadra no gana un título hace más de 25 años.
Si queremos entrar en supuestos, podemos preguntar qué tan lejos habría llegado Klopp con el Real Madrid o Bayern Münich, o también qué tanto éxito habrían tenido Guardiola o Mourinho con elencos como el Dortmund o Liverpool. Sin tener la etiqueta de candidato a obtener el trofeo de un certamen, el entrenador germano ha logrado llegar lejos con ambos equipos donde sea que le haya tocado competir. Le tocó campeonar en dos ocasiones en un torneo dominado por la abismal ventaja que tiene el Bayern en relación al presupuesto y ser subcampeón en una oportunidad en dos de las competiciones a nivel de clubes más relevantes del viejo continente.
¿Nada más le falta ganar la Champions League a Jürgen Klopp para ser considerado como el mejor DT del Mundo? ¿O, por lo menos, para ser nominado al Entrenador del Año? Ya ha demostrado a la cantidad de metas complejas que puede concretar aún con armas menos poderosas que sus oponentes. Su marca de buen juego ha quedado implantada en todos los equipos que le ha tocado conducir y esto ha ido acompañado de buenos resultados. Posiblemente ya sea tiempo de empezar a darle el valor que se merece como entrenador. No está mal juzgar a un técnico en base a sus logros pero no hay que restar mérito a la manera cómo los elencos de Klopp han roto cartillas de apuestas y dado la sorpresa a lo largo de los últimos años.
