La principal misión que el propio Matías Almeyda se apuntó cuando llegó a Guadalajara fue muy clara: despertar a un gigante. Chivas atravesaba problemas de descenso y estaba cerca de cumplir una década sin levantar un título de liga.
En una directiva que parecía carecer de paciencia, por la que desfilaron decenas de técnicos, el argentino ya se encuentra en su tercer año. Dentro de su gestión, el Rebaño jugará su séptima final, por cinco que lograron los demás técnicos en el resto de la era Vergara, aproximadamente 11 años.
Matías Almeyda ha dejado atrás el tema del descenso. Desde aquella hombrada que logró con River Plate, al ascender a los Millonarios, hasta eliminar los fantasmas que acecharon al Guadalajara. En su primer torneo liderando a los rojiblancos también llegó la primera final. Chivas levantó la Copa MX del Apertura 2015 tras imponerse al León.
Meses después llegó el segundo campeonato para el Rebaño. Luego de superar a Veracruz, el Guadalajara obtuvo el título de la Copa MX, galardón que les dio el derecho a disputar la Copa Libertadores, mismo que terminó siendo negado por decisiones directivas.
Un año después de su primera final, llegaría la tercera, en el mismo certamen. Los rojiblancos sufrieron un desenlace diferente; luego de una tanda de penales, Querétaro terminó como campeón de la Copa MX, pero Matías registró una final más.
Almeyda encontró en el 2017 su año más productivo. Con un primer semestre soñado, el Rebaño alcanzó los dos títulos a los que tenía acceso. Primero, imponiéndose ante Morelia en penales para que el argentino obtuviera su segunda Copa MX; luego, terminando con una sequía de casi 11 años sin ser campeón del torneo nacional.
Chivas cayó en su última final, la de Campeón de Campeones, que sirvió como una especie de revancha para Tigres, quienes terminaron llevándose el título. Aún así, el argentino terminó el año con tres finales disputadas.
A pesar de un Clausura 2018 lleno de irregularidades, sin poder ganar en casa, el cuadro tapatío ha logrado mostrar otra cara en el torneo de campeones de la Concacaf. Todo lo contrario al certamen local, la fortaleza de Chivas ha estado en el estadio Akron, y apoyados por ello, han firmado una final más.
Matías Almeyda ya promedia más de dos finales por año. Para encontrar un registro de tal índole en la historia del Guadalajara, habría que remontarse casi 50 años hacia el pasado, a la década de los sesenta. Los números no mienten; el Rebaño ha encontrado un pastor que conoce el rumbo a las finales.
GPE