Son héroes modernos porque protagonizan una de las competencias más extenuantes del deporte ecuatoriano: la tradicional regata a remo para yolas Guayaquil-Posorja, en la modalidad clásica cuatro con timonel. Con un espíritu amateur puro, los competidores vencen a las corrientes marítimas, y al cansancio demoledor producido por el esfuerzo de seis y siete horas remando en la madrugada. El premio al titánico desempeño es el recibimiento emotivo más coronas de laurel y trofeos para los tres primeros lugares.
Hoy, cuando el reloj marque las 23:30, diez embarcaciones partirán en la 79ª edición de una de las travesías náuticas más largas del mundo.
A las yolas convencionales (cuatro remeros con timonel) se unirán los participantes en las modalidades de doble par (cinco tripulantes) y la cuádruple (cuatro deportistas).
Tras meses de ardua preparación, con prácticas cumplidas antes del amanecer, los deportistas (56 millas náuticas, equivalente a 103 kilómetros terrestres) esperarán eludir obstáculos que les pueden costar daños en sus embarcaciones.
“Los entrenamientos han sido muy fuertes. Para esta regata buscamos preparar a nuevos remeros y comenzar a ser un semillero. Hay que renovar al equipo”, comentó Walter Gómez, del club Andes.
El remero, con 24 regatas a cuestas, evitó hacer un pronóstico y dijo que “lo que queremos es llegar a Posorja. Esta es una travesía de valientes”. (D)