Cuando Benítez habló con Florentino, antes de que se materializara su fichaje como técnico del Madrid, le esbozó una idea de qué refuerzos tenía en su cabeza para el 4-2-3-1 que quería jugar. Sólo pidió dos cosas: reforzar con músculo el centro del campo y comprar un hombre de banda derecha, ya que Cristiano iba a jugar en punta y, en principio, Bale en la izquierda (aunque ahora el galés quiere moverse por detrás del nueve). Hace 17 días que Florentino presentó a Benítez (3 de junio). Y restan 22 para que el proyecto eche a andar en Valdebebas (10 de julio). Y a día de hoy, no hay rastro de las peticiones de Benítez ni de movimiento alguno que indique que el presidente las vaya a atender.
Ya se han realizado una serie de incorporaciones, todas anteriores al fichaje del nuevo técnico (el décimo de Florentino en 12 años). Fueron Danilo (31,5 millones cuando quedaba libre el próximo verano), Casemiro (7,5 millones por recuperarlo cuando el Oporto pagó 600.000 euros por su cesión), Lucas Silva (14 millones en invierno, sin participación alguna desde que llegó) y Marco Asensio y Odegaard (3,9 y 2,3 millones respectivamente, ambos se irán cedidos). En total, 59,2 millones, pero las peticiones de Benítez aún no han sido atendidas.
Como la figura del director deportivo está vacante en el Madrid (“ficho yo”, llegó a decir Florentino en El Larguero justo después de contratar a Bale), todo queda a expensas de los deseos del presidente. A pesar de que Florentino echó a Ancelotti (el técnico que levantó la Décima y los cuatro títulos en un año natural por primera vez en la historia del club) para dar un nuevo impulso al equipo, este verano entiende que Benítez ya tiene el once tipo ‘hecho’. Sólo quiere traer a De Gea (el United pide más de 30 millones cuando termina contrato el próximo verano) y conseguir así que Casillas se vaya, y esperará el presidente a ver si puede hacer la operación más sonada del verano una vez más, la de Agüero, el único jugador con cartel de Galáctico en el mercado al que puede acceder.
Hay que vender. Pero para darse ese capricho, Florentino tendría que vender a uno de los titulares del equipo tipo que ha dejado ‘hecho’ a Benítez. Ha sido una tónica habitual en los últimos veranos, porque la deuda bruta del Madrid es ya de 602 millones. Sucedió con Higuaín (40 millones) y Özil (45) en el verano de 2013 (para traer a Bale por 101 millones) y con Di María (75) en el de 2014 para traer a James (80 millones).
En esta ocasión, Florentino lo tiene difícil para escoger a quién vender (para pagar y hacer sitio), ya que todos los que juegan de centro del campo para arriba son cromos que él ha ido coleccionando. Desde la pareja Kroos-Modric a la BBC, pasando por James e Isco (este último, por cierto, sin sitio para ser titular la pasada campaña).
Benítez comienza a hacerse a la idea de que para confeccionar su once deberá barajar las mismas cartas que tenía Ancelotti (con la incógnita de si vendrá Agüero y de si perderá a Benzema) y también de que tendrá que ajustarlas a su 4-2-3-1. También comienza a tomar conciencia de que, con 25 jugadores actualmente en plantilla, tiene difícil que Florentino, el presidente-director deportivo, atienda sus peticiones...
Cedidos: Odegaard, Asensio, Silva y Cheryshev
“Lucas Silva es el futuro del Madrid”, dijo Ancelotti como concesión a su presidente cuando ya tenía la estocada en todo lo alto, una vez terminada la temporada. Pues el brasileño saldrá cedido con toda seguridad. El Madrid tiene ahora cuatro extracomunitarios en plantilla (y sólo puede tener tres). Son Danilo, James, Casemiro y Lucas Silva. Si Casemiro entra en alguna operación el Madrid tendría que pagar otros 7,5 millones, aparte de los 7,5 que ya pagó por repescarlo, y sobre Danilo y James no hay discusión. Hay otros tres jugadores que el Madrid planea ceder: son Odegaard (16 años), Marco Asensio (19) y Cheryshev (24), aunque a este último podría venderlo. El Madrid tiene 25 jugadores en plantilla (21 sin contar los cuatro que irán cedidos). Si observan el gráfico, según la idea que tiene Benítez, falta claramente un hombre de banda derecha. Quiere el técnico, además, un mediocentro de fuerza para dar más equilibrio a la plantilla.