Francessca Huané
Una hora antes de que empieza la final de 400 metros planos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 Luguelin Santos estaba un poco nervioso. Se sentó, habló con su entrenador y compañeros, se tranquilizó y entró a calentar a la pista. “Me senté en mi bloque. Corrí y lo único en lo que yo pensaba era llegar en a la meta. Yo sabía que la medalla la tenía, no sabia de que color era pero yo sabia que la tenía”, explica el atleta.
Llegó segundo. El dominicano de 19 años era uno de los mejores del mundo. “Crucé la línea y dije: No lo puedo creer. Padre Santo. No hay palabras exactas para describir ese momentos fue algo muy especial”.
UN NUEVO HOGAR
A finales del 2008 Santos comenzó a entrenar profesionalmente. Participó en los Juegos Nacionales Escolares de República Dominicana y ganó la medalla de oro en los 400 y 800 metros. En esta competencia José Rubio, entrenador de la Federeación del país, lo vio y quiso que sea parte de su equipo. “Yo en aquella época practicaba ciclismo, pero me sentía vacío y no sabía que él me quería como parte de su selección”. Rubio se acercó al atleta, le comentó su idea y rápidamente Luguelin aceptó.
Es de Bayaguana, pero para empezar su carrera como profesional a sus 14 años se tuvo que mudar solo a la capital. “Vivía con un grupo de atletas lejos de mi familia. Eso fue lo más fuerte que tuve que afrontar. Pero yo siempre digo que para lograr lo que tu quieres nada te lo van a poner en la mano. Todo tiene su sacrificio. En el camino del triunfo nada va a ser fácil”.
UN VELOCISTA
Luguelin Santos se especializa en las carreras de 400 metros planos. “Esta es una carrera un poquito difícil porque tienes velocidad, pero también fondo. Es compleja”. A veces corre 200 metros, pero dice que lo hace a forma de preparación de las carreras de 400. “Yo esas las corro como si fueran de 100. De principio a fin doy todo”.
Entrena 5 veces a la semana: 3 días de entrenamiento intenso, uno de descanso, 2 días más de gran entrega y un día más de merecido descanso. Actualmente se encuentra en Bahrein un país ubicado en el Medio Oriente. Lleva 3 meses ahí debido a que a su entrenador, José Rubio, se le presentó la oportunidad de entrenar a la selección de este país. “Como yo soy un atleta de elite y me considera su hijo y yo lo considero como mi padre vine a entrenar aquí”. Llevan casi 11 años juntos y sus éxitos también considera que se los debe a él.
ENTRENADOR A FUTURO
Luguelin recuerda con mucha admiración aquella vez en la que Usain Bolt se acercó a él cuando estaba nervioso. “¡Despierta! ¡Vamos que tu eres un campeón! ¡Vamos arriba!”, le dijo. “Ahora lo que me mantiene motivado en las competencias es saber que ahora yo le puedo decir eso a otros jóvenes. Y que ellos digan “yo recuerdo que Luguelin me dijo esto y por eso es que sigo aquí”. De aquí a unos años se quiere convertir en entrenador desea compartir consejos y hablar desde su experiencia.
Ahora el atleta tiene más metas por cumplir una de ellas es romper el record del mundo en 400 metros. “No es sencillo. Lo que fácil llega, fácil se va. Por eso yo siempre he dicho que lo que cuesta trabajo es lo que en verdad te llena”.