Los refugios que el gobierno de Rusia instruyó construir para dar asilo a los cerca de dos millones de perros callejeros que deambulan por las diversas sedes del próximo Mundial de futbol, parecen no ser suficientes, pues cada vez crece más el descontento a nivel internacional por la matanza de esta especie para ofrecer una mejor impresión a los millones de visitantes.
Angela Makárova, directora del Fondo para la Defensa de los Animales "Dino", en la ciudad de Volgogrado, fue de las primeras en denunciar esta sangrienta medida.
"Todos los días me llaman para denunciar el asesinato de perros. Se ha destinado mucho dinero para la captura de animales callejeros y la empresa que ha ganado el concurso no esconde su muerte", dijo hace unas semanas a la agencia EFE.
Algunos animales, según la propia Makárova, son asesinados "con escopetas de aire comprimido, cargadas con veneno barato que les provoca terribles sufrimientos antes de morir".
Estas acciones han desatado todo tipo de denuncias y peticiones para que la medida cese.
El portal change.org creó una solicitud con la cual buscan recabar 100 millones de firmas para pedir a "todas las estructuras gubernamentales y ejecutivos responsables de Rusia, instando, urgente, a cancelar las ofertas para la totalidad de la destrucción de los animales callejeros".
En un mes, un total de 993 mil personas han rubricado -hasta el momento- esta petición, la cual, espera ejercer presión para terminar con esta matanza, en la cual se estima, han gastado poco más de 100 millones de rublos.
La voluntaria Nadezhda Serguéyeva y sus compañeros recorren fábricas y solares de la industrial Volgogrado para atender a los perros que abundan ahí. Les dan de comer, les esterilizan y vacunan con su propio dinero, y les ponen correas con chapas que indican que ya no representan ningún peligro.
Además, en Facebook se creó la comunidad local 'Bloody FIFA-2018', en la cual cerca de mil 500 usuarios y activistas comparten información sobre las diversas medidas que se han tomado en contra de esta masacre.