Francessca Huané
En su escuela de primaria, su profesor de educación física se dio cuenta de sus habilidades para atletismo y decidió entrarla. Tenía 7 años y Omara Durand ya comenzaba una preparación física que pronto la convertiría en una atleta profesional. “Comencé a participar en competencias nacionales: escolares, juveniles hasta que llegue a los juegos nacionales de mayores para personas con discapacidad”, explica la atleta.
A los 15 años fue parte Campeonato Mundial para Ciegos y Débiles Visuales en Sao Paulo 2007 en el que ganó en la categoría de 100 y 200 metros. “Fue mi debut. Durante todo ese tiempo mi mamá me apoyó para que asistiera a la escuela y practicara el deporte”. Un año después clasificó a los Juegos Paralímpicos de Pekin 2008 fue una de las favoritas, pero debido a una lesión no pudo lograr sus objetivos.
UN RETO DE A DOS
En el 2012 tras su participación en la Olimpiadas de Londres, la recalificaron en su categoría. “Yo pertenecía a la categoría T13. Corría sola. Pero bajé a la T12. Ahí tenía la posibilidad de elegir si quería correr con guía o no”. Omara tenía dificultades para correr bajo la lluvia y de noche, por eso optó por una compañía.
“Nunca había corrido acompañada fue un reto que asumí y me salió bien. Al principio no estábamos coordinamos, pero por el interés de los 2 lo logramos bastante rápido. Los mejores resultados de mi vida han sido con el guía”, afirma la atleta paralímpica. En octubre del 2015 implantó un nuevo record en los 400 metros en el Campeonato Mundial de Atletismo y en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro rompió una vez más un record mundial (400 metros planos). Hoy con 26 años la cubana cuenta con 12 records mundiales.
LAS CLAVES PARA EL ÉXITO
El optimismo en este equipo ha sido el elemento fundamental para alcanzar sus metas. “Pensamos de la misma manera, hay entre nosotros mucha química y en los entrenamientos siempre nos ponemos de acuerdo. Siempre estamos pensando en los dos”.
Para llegar a ser una atleta destacada en su país, Omara Durand tuvo que dejar su ciudad y a su familia. Ella es de Santiago de Cuba, pero el Centro de Alto Rendimiento de Cuba se encuentra en La Habana. “Vivo sola desde los 15 años, desde que vine a la escuela. Los atletas en general nos sacrificamos mucho. Para ver resultados hay que entrenarse tener mucha voluntad y capacidad. Pero al final lo disfrutas tu y tu familia”.