Cuando el Atlético de Madrid anunció el fichaje de Diego Costa muchos aficionados creyeron que su desembarco representaría el principio del fin para Kevin Gameiro (30 años). El ariete galo venía de firmar un arranque de campaña más bien irregular y parecía quedar claro que en cuanto fuese capaz de alcanzar su mejor nivel, el hispano-brasileño se convertiría en el principal escudero de Antoine Griezmann.
Tras algo más de un mes de convivencia, las estadísticas dejan claro que el francés, lejos de resignarse, se ha tomado el aterrizaje del punta de Lagarto como estímulo y ha dado un evidente paso al frente. En este periodo, el ex del Sevilla ha disputado ocho partidos oficiales y ha sumado un total de cinco goles, es decir, uno más que Costa, que ha sumado cuatro en también ocho comparecencias.
Pero lo que es más significativo es que, de esas cinco dianas, cuatro han resultado determinantes para la victoria de los suyos. Ante el Eibar, fue el encargado de anotar el 0-1 final; frente al FC Copenhague, en Europa League, de firmar tanto la diana que dio pie a la definitiva remontada en la ida como a la victoria en la vuelta; y finalmente, contra el Athletic Club, de transformar el gol que evitó mayores desasosiegos a un equipo que no terminaba de encontrar el camino hacia el marco rival.
Ya que su contrato con el Atlético se extiende hasta 2020, parece claro que, si mantiene esta línea y se muestra competitivo en lo que resta de campaña, su permanencia en el cuadro rojiblanco no correrá peligro. Eso sí, tampoco es descartable que la directiva madrileña trate de hacer negocio con su venta, ya que varios clubes de la Premier League se han mostrado dispuestos a lanzar sus redes sobre él durante las últimas semanas.