Canciones de banda y un ambiente amigable pero exigente son los ingredientes principales del entrenamiento de Óscar Valdez, el campeón mundial peso pluma de la Organización Mundial del Boxeo. El dos veces olímpico se encuentra en tierras tapatías antes de partir a Carson, California, donde el próximo 10 de marzo defenderá su título ante el británico Scott Quigg.
El sonorense reconoce la calidad de su rival y la importancia de salir airoso de la pelea más importante de su carrera hasta el momento. El inglés buscará recuperar frente a Valdez lo que perdió hace un par de años: un campeonato mundial. "Es un boxeador de alto calibre, que conocemos muy bien, lo hemos visto pelear en varias ocasiones. Por eso estamos entrenando más que duro día tras día, para estar listos este 10 de marzo, porque yo vengo a defender lo mío", apuntó el mexicano.
Óscar, quien registra 19 nocauts en sus 23 peleas ganadas, eludió la vía del cloroformo en sus últimos dos encuentros, e incluso visitó la lona en su defensa más reciente. Sin embargo, el campeón es consciente de que las cosas no han sido perfectas y por ello continúa mejorando. "Sabemos de los errores cometidos en mis peleas pasadas, por eso estamos en el gimnasio trabajando día con día, corrigiendo nuestros errores, tratando de que no se repitan y no sucedan en las peleas, que es lo importante", comentó Valdez.
El entrenamiento intenso, en el que la velocidad fue la principal característica, estuvo a cargo de 'Manny' Robles. El entrenador de Valdez, y de algunos campeones mundiales, ha jugado un papel importante en el éxito del actual campeón peso pluma, y el púgil está consciente de ello. "A Manny no solo lo considero como mi entrenador, sino que lo considero un gran amigo. Si no fuera por Manny Robles, por mi padre y por mi manejador, creo que no tendría este título que tengo en mis manos", indicó el sonorense luego de entrenar con Robles en una sesión que duró aproximadamente dos horas.
En el futuro de Óscar solo existe el nombre de su próximo rival, por lo que no sabe qué ocurrirá después de su próxima defensa. A pesar de ello, se mostró positivo de cara a un 2018 en el que espera que las cosas salgan de la mejor manera. "Lo único que tengo enfrente es Scott Quigg, y si Dios quiere, y me permite salir con la mano en alto, ya veremos qué rival nos gustaría enfrentar. He aprendido mucho de mis últimas peleas y tengo un buen presentimiento de que el 2018 va a ser aún mejor que los años anteriores", finalizó el campeón del mundo.
SRN