Carlos Sainz (Toro Rosso) auguró "un fin de semana difícil" en el GP de Austria, aunque "no tanto" como en el de Canadá, y espera que las actualizaciones que traen les ayuden a ser "un poco más rápidos". "Va a ser un fin de semana difícil, no tanto como en Canadá porque era un circuito bien que no iba bien con nuestras fortalezas, por sus grandes rectas y las curvas rápidas, y aquí tampoco somos demasiados fuertes, pero traemos un par de actualizaciones para ser un poco más rápidos", señaló Sainz este jueves en la rueda de prensa oficial.
Preguntado por su balance de la temporada, el madrileño se mostró "muy contento por cómo han ido las cosas" y que lo conseguido hasta el momento por los dos pilotos del equipo "es un gran logro". "Tenemos un gran coche competitivo y el equipo me está ayudando mucho en todas las áreas. Sigo aprendiendo cada vez que me subo y ahora descubro cuatro o cinco pistas nuevas", añadió.
Menos satisfecho está con la táctica del 'lift and cost' de cara a ahorrar combustible. "Es algo bastante nuevo para mí y no estoy acostumbrado. No me gusta porque tengo que hacerlo desde las primeras fases de las carreras y desde la primera vuelta te piden que lo hagas mucho. Te tienes que adaptar pero en mi opinión lo he tenido que hacer mucho en las últimas carreras", se sinceró.
Sobre la normativa de la FIA respecto a las Superlicencias a partir de 2016, el hijo de Carlos Sainz recordó que la Fórmula Renault 3.5, que dará 30 puntos en este permiso para el ganador, le preparó "muy bien". "Es un coche muy rápido, con mucha carga aerodinámica y sentí que estaba preparado. Le daría más puntos en mi opinión", zanjó.
En la rueda de prensa también estuvo el alemán Nico Hulkenberg (Force India), que llega a Austria tras ganar las 24 Horas de Le Mans, una prueba a la que no renuncia. "Si llega la oportunidad, ¿por qué no? Es una de las carreras más prestigiosas y sería genial participar después de la F-1. Estoy abierto, todo lo que tenga volante, motor y cuatro ruedas me gustaría pilotarlo", recalcó