Todo lo que no pasó dentro de la cancha, pasó afuera: corridas, balazos de goma, detenidos, futbolistas incitando a la violencia yendo a declarar a la comisaría y hasta un dirigente con cortes en su cabeza.
Ya resulta una triste costumbre del fútbol argentino: los hechos de violencia se repiten cada fin de semana, esta vez con La Plata como epicentro. Desde bien temprano los incidentes comenzaron a aparecer, a modo de advertencia. Antes del partido, mientras los hinchas de Gimnasia ingresaban a la tribuna Centenario, un grupo de personas alcoholizadas y sin ticket intentaron entrar al estadio.
Gimnasia y Estudiantes aburrieron en un clásico sin emociones
Tras algunas corridas, la policía los dispersó con balazos de goma. Para colmo, cerca de allí, los jugadores de Estudiantes no ayudaron: en su llegada, varios de ellos hicieron con sus manos el número siete, en alusión al clásico de 2006, en el que el Pincha ganó 7-0. Uno de ellos fue identificado: se trata de Carlo Lattanzio (delantero de 20 años), que tras el encuentro fue demorado por la policía y llevado a la Comisaría 9ª para declarar(se le labró un acta contravencional por violar la Ley del Deporte y podría ser sancionado con hasta 10 fechas de suspensión por incitar a la violencia).
“Para esas pelotudeces el Ministerio de Seguridad está. Nos comimos botellazos... La verdad esto no me interesa. En el fútbol argentino hay cosas mucho más importantes que esas boludeces”, minimizó Rodrigo Braña. Pero ojo, la violencia también estuvo abajo del micro: mientras era escoltado por la policía, el vehículo Pincha fue alcanzado por proyectiles que golpearon el vidrio delantero, aunque no llegó a astillarse ni romperse.
Luego, en los instantes previos al inicio, la película se repitió: alrededor de diez hinchas volvieron a intentar ingresar a la fuerza. El saldo: cinco detenidos y un policía con un corte en la cara, que fue asistido por personal de sanidad. Dentro del estadio, el panorama no fue muy diferente. Luis Alvarez Gelves, Coordinador de las filiales de Estudiantes que estaba con la comitiva dirigencial por ver el partido en un pulmón en una de las tribunas fue golpeado por un rollo de papel en la cabeza, por lo que recibió dos puntos de sutura. En Gimnasia, en tanto, otro dirigente quedó en el foco de la tormenta. Alejando Ferrer, vicepresidente 2°, también fue demorado y llevado a declarar por intentar hacer ingresar al estadio a socios vitalicios del club una vez que las puertas del Juan Zerillo ya habían cerrado, y la capacidad máxima de la tribuna ya había sido alcanzada.
Y hubo más, ya con la pelota rodando en la cancha. A los 38 minutos del primer tiempo, un petardo fue arrojado al banco de suplentes de Estudiantes desde la platea que está detrás. Diego Abal -el árbitro- decidió retirar de la zona a jugadores y al cuerpo técnico del Pincha y llevarlos al campo de juego para resguardarlos (el partido estuvo detenido por cuatro minutos). Mientras tanto, en un costado, Schunke era atendido por un choque con Alderete, por el que recibió cuatro puntos de sutura. Eso sí: para el complemento, la policía formó un cordón frente al banco de suplentes.
¿Con cuántos policías contó el operativo? 530 efectivos. En total, entre detenidos, demorados y aprehendidos hubo más de cincuenta personas. Y hasta hubo algunas versiones que implicaron a la policía, con dos agentes involucrados en tenencia de estupefacientes en los alrededores del estadio. Sin embargo, Juan Manuel Lugones (titular de la APreViDe) fue tajante ante la consulta de Clarín y desechó esta versión, al igual que altos jefes policiales que negaron de plano “semejante disparate”.