El boxeo es uno de los deportes más antiguos en el planeta, fue incluido en los Juegos Olímpicos de San Luis 1904, y hoy atraviesa por una crisis que lo podría llevar fuera del programa olímpico de Tokio 2020. El presidente del COI, Thomas Bach, no tuvo problema alguno en declarar que evaluarán la presencia de uno de los deportes más populares en la justa olímpica.
Pero lo que termina por afectar a un bello y brutal deporte, vuelven a ser las decisiones de los hombres de pantalones largos, aquellos que no están en el ring y que en su afán por ayudar terminan por lastimar al deporte mismo.
El primer paso del COI fue retirar el apoyo económico a la Federación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA, siglas en inglés), e incluso estudian la participación del boxeo en los próximos Juegos Olímpicos de la Juventud, que se realizarán en Buenos Aires en el próximo mes de octubre. La decisión ataca el principal semillero de boxeadores, jóvenes y aún lejos de las apuestas de Las Vegas y de la avaricia de los promotores. México y Cuba son algunos de los países que más tradición olímpica tienen en el boxeo, de ahí han brotado montones de pugilistas de calidad; el desarrollo de boxeadores de ambas naciones podría verse frenado.
El problema entre el COI y la AIBA, surge tras las diversas disputas al interior la de Federación de Boxeo, luego de que fuera nombrado como presidente interino, Gafur Rakhimov, quien acusado por autoridades de Estados Unidos por vínculos con el crimen organizado. Hasta el próximo mes de noviembre se realizarán nuevas elecciones y el panorama no es alentador.
Por el momento se vive un momento de tensión y se espera que las diferencias entre el COI y la AIBA puedan solucionarse para que no se tome una decisión que podría afectar a miles de fanáticos a nivel mundial.