La corrida 13 de la temporada con la que se festejó el 72 aniversario de esta longeva e incólume Plaza México, casi se llena el numerado. Agradable tarde soleada sin viento donde saltaron a la arena 9 toros de Jaral de Peñas, criados por Don Pedro Barroso Díaz Torre en el Rancho Los Charcos en Ezequiel Montes, Estado de Querétaro. Todos muy bien presentados y luciendo su justo trapío.
Abrió plaza el veterano matador poblano Jerónimo, vestido de grana y oro. Lidió con astucia a un toro que se rajó muy pronto. Le dio las tablas al toro y pudo arrancarle algunos muletazos. No todos vistosos pero sí con sentimiento. Mató al encuentro dejando una entera contraria. Saludó en el tercio. Con su segundo, más de lo mismo de sus casi 20 años de alternativa: paroncitos, posturitas y detallitos. Pero sin trascender. Nunca logró sujetarlo. Pinchazo y tres cuartos de estoque efectivo. Jerónimo, es el mismo de hace casi 20 años desde que tomó la alternativa. Ni mejor ni peor.
El francés Sebastián Castella se justificó con solidez en esta plaza, vestido de celeste y oro con sus bordados originales de cruz. Ante su primero pegó un arrojado quite por saltilleras con los pies muy bien plantados en la arena. Su banderillero de confianza Rafael Viutti saludó en el tercio. Inició muy hábilmente tapándole la cara al toro enseñándole a embestir. Logró pegarle muletazos largos y templados. Mató de entera en buen sitio y cortó una merecida oreja.
Con su segundo, fue sustituido por despitorrarse el que originalmente sorteó; lo brindó a su apoderado Un toro muy quedado pero fijo y transmisión, Sebastián supo meterlo a la muleta y logró captar al público por su pulcro toreo. Con este toro falló con los aceros y hasta su tercera oportunidad pegó una entera efectiva.
El tercer espada, el hidrocálido Joselito Adame, vestido de verde y oro con anchos remates en blanco; ante su primero, no acabó por entender a su noble enemigo. No sabía si torearlo por arriba o por abajo. Mató de una entera caída y se retiró en silencio.
Ante su segundo, un toro con bravura que iba de largo, Adame pegó un quite por gaoneras con los pies moviditos. Con la muleta no logró fijar la embestida de su toro y no estructuró faena, solo pego una serie de muletazos sin orden. Ojalá volviéramos a ver ese Adame que pudimos ver vía TV en Madrid y Sevilla y no lo que quedó de aquel toreo y torero. Se salió al tercio por su cuenta haciendo caso omiso de la rechifla que escuchó sin necesidad de hacerlo.
El peruano Andrés Roca Rey vestido impecablemente de plomo y plata, sigue sin encontrar definición del toreo que quiere hacer en esta plaza. Recibió a su primero con verónicas de mi buena factura. Con la muleta lo vimos entre altibajos y mató de entera en todo lo alto. Ante el que cerró plaza, Andrés tuvo los pies plantados, sin embargo el toro fue el más deslucido de esta tarde y no lució ni con el estoque. No encuentra acomodo en esta plaza.
Tarde donde vimos un ganado bien criado con las dificultades normales de los toros de lidia. El ganadero y Castella salieron con la cara en alto de esta corrida donde ni siquiera hubo un anuncio ni un arreglo floral por su aniversario.