Con una sonrisa de oreja a oreja, la curvilínea ‘veneca’ Jeñuskath llegó a una de las playas de la Costa Verde y al toque se puso a correr olas con su tabla Morey. Ella demostró que es una experta y más de un bañista quedó con la boca abierta por su belleza y habilidad.
Con una sonrisa de oreja a oreja, la curvilínea ‘veneca’ Jeñuskath llegó a una de las playas de la Costa Verde y al toque se puso a correr olas con su tabla Morey. Ella demostró que es una experta y más de un bañista quedó con la boca abierta por su belleza y habilidad.