Cuatro años después de su detención en Estados Unidos por haber participado en la preparación de un robo a mano armada, DeMario Mayfield ha abandonado su país y ahora es la gran esperanza de la selección de básquet de Irak, con la que espera ir al Mundial de 2019, algo que no veía posible conseguir en el país de la NBA .
En mayo de 2013, después de tres temporadas en el campeonato universitario estadounidense, el joven fue detenido en su estado natal de Georgia por "complicidad en los preparativos de un robo a mano armada". Reconoció los hechos y, tras un acuerdo judicial, fue condenado por posesión de armas de fuego: pasó diez meses en libertad condicional en un centro de rehabilitación mediante el trabajo.
Con su pena cumplida, un nuevo equipo le dio la oportunidad en el nivel universario, pero el camino a ser profesional estaba bloqueado. "Creí que era el final. Después comprendí que tenía que confiar en mí y salir del agujero viniendo aquí (a Irak)", cuenta a la AFP.
Con la camiseta verde y blanca, con el número 00 del club, que pertenece al Ministerio del Petróleo, Mayfield asegura sentirse feliz en Irak, un país que es considerado uno de los más peligrosos del mundo. "Al principio tenía mucho miedo por lo que leía en los periódicos, pero estoy contento con haber tomado la decisión de venir", explicó a la agencia AFP.
DeMario Mayfield disputó tres temporadas en el campeonato universitario estadounidense. (Difusión)
"Aún así, no tengo la intención de hacer venir a mi familia", agregó Mayfield, quien se inició en el básquet, guiado por su madre, cuando tenía 5 o 6 años, en el patio de su casa. "Después jugué en el instituto pero me hice profesional ya aquí, en 2015", relata.
"Hay que tener claro que es muy difícil llegar a la NBA. Así que consideré que ésta era una gran oportunidad para mí, para poder comenzar mi carrera", asegura. "Tenía ya amigos que estaban aquí y me convencieron de venir, después de muchas conversaciones", apunta después de un partido con el club de la Policía.
Actualmente, DeMario Mayfield vive en un hotel en Bagdad y gana 70.000 dólares por una temporada de cinco meses, además de 3.000 dólares por jugar con la selección nacional. "Mi objetivo es participar al más alto nivel de competición e inculcar a mis compañeros la cultura del básquet", finalizó.