La era del británico Bernie Ecclestone, exjefe supremo de la Fórmula 1 durante décadas, terminó. Así lo ha dejado entrever la actual propietaria de la máxima categoría del automovilismo, la estadounidenseLiberty Media, al anunciar revolucionarios cambios a mediano plazo que tendrán su foco principal en las unidades de potencia de los monoplazas.
La intención: mejorar el espectáculo, principalmente aumentado la competitividad y simplificando el nexo entre los fanáticos y el deporte ‘tuerca’.
Así, a partir del 2021 –tras un tiempo amplio de socialización y adaptación– los otrora simples motores de los monoplazas experimentarán modificaciones en diversos aspectos.
Si bien dichas unidades mantendrán su hibridez y capacidad de 1,6 litros, se pretende que generen más ruido “mejorando” el sonido y aumentando la intensidad de sus llamativas revoluciones, de tal forma que atraiga nuevos adeptos a la competición.
En esta línea, se busca que los motores sean menos costosos para que nuevos fabricantes se animen a tumbar el predominio de los pocos existentes actualmente. Así, se establecerán parámetros de diseño, facilitando la inserción de las predeterminadas unidades en los diferentes chasis.
A la par, la complejidad vigente de los motores se verá reducida a una menor cantidad de elementos, suprimiendo, por ejemplo, el recuperador de energía del turbo (MGU-H). Esta última característica contará con restricciones de peso y dimensión, simplificándola.
Otra de las claves de cara al futuro es la investigación que ha empezado en torno a los tipos de combustible y las cantidades que se utilizan. También se busca predeterminar esta característica.
Finalmente, se ha hablado de la posibilidad de que exista una única configuración para cada unidad de potencia por semana, que sería utilizada tanto en los libres, clasificaciones y carreras.
Esta última figura obligaría a que el piloto participe más durante la conducción del vehículo, dándole el deber de elegir el mapa del motor correcto para cada Gran Premio y dejando atrás los conocidos ahorros de gasolina y demás ‘ventajas’ de las grandes escuderías. (D)
Reguladores de FIA, directivos de F1, constructores y equipos trabajarán juntos por un bien común, con los motores del 2021.
Ross Brawn, director deportivo de F1