Por las canchas de Uruguay otro Spencer corre, gambetea, celebra goles porque los hace o los fabrica. La leyenda está viva en los botines de un nieto que también, como su fabuloso y legendario abuelo, luce la camiseta del glorioso Peñarol.
Pedro Spencer Vidal (hijo de Walter Spencer) le dedicó a su abuelo el título del torneo Clausura que ganó con el equipo sub-16 de Peñarol, el sábado anterior. El joven de 16 años sueña con seguir los pasos de su abuelo en una carrera que recién comienza. Aclara que no juega de ‘9’ como Cabeza Mágica, que él es un centrocampista ofensivo que por lo general juega por izquierda, aunque también le gusta ser volante central. Esta es su tercera temporada en las formativas del club ‘Manya’.
Walter Spencer considera que su hijo tiene las condiciones como para triunfar en el cuadro carbonero. Explica que a Pedro no le pesa el hecho de ser descendiente de una figura tan importante como Alberto Spencer, el delantero “con desplazamientos de gacela con la pelota imantada al pie”, como describieron alguna vez al gran tricolor.
“Está listo (el nieto de la leyenda) para someterse a cualquier tipo de pruebas. A futuro, su idea es dejar claro que él es él y que su abuelo fue muy importante, pero su historia no se basa en la construcción de un nombre o en tomar una ventaja con base en su nombre, sino en sus características personales”, opina de Pedro su padre Walter.
El joven volante, que tiene doble nacionalidad, dice: “Uruguay es mi patria. En nuestra familia se nos enseña que eso no se cambia. Jugar por Uruguay sería un orgullo; pero por otro lado, a Ecuador le debemos todo. Jugar por Ecuador sería el regalo más grande que yo le podría enviar a mi abuelo al cielo: cumplir su sueño mundialista con Ecuador”. (D)