José Delgado, como presidente de Delfín, ya logró un hecho histórico: los de Manta serán en el 2018 el primer equipo manabita en jugar la Copa Libertadores. La posibilidad cetácea de ser campeón sin disputar finales se desvaneció “por lesiones” y por “no tener un plantel numeroso”, dijo el dirigente. Sobre la definición del título, Delgado estimó que, de ser contra Emelec, Delfín contará con “un plus anímico” porque en la temporada 2017 los eléctricos no han podido vencerlos en cuatro duelos. Ningún cuadro de Manabí ha ganado la corona nacional.
¿Le molesta no haber podido cumplir el objetivo de ser campeón sin finales?
En el Delfín, como equipo manabita, nos sentimos muy felices y contentos por todo lo que hemos hecho. Se hizo con un presupuesto que no es igual de alto, comparado con el de otros clubes del país. Además, haber vencido a equipos tradicionales, como Barcelona y Emelec, nos deja muy tranquilos. La campaña del 2017 ha sido muy grande y es un privilegio ser los finalistas de este año. Y si quedamos en el segundo lugar no debe molestarnos porque nos sentimos satisfechos con lo que hemos hecho.
Delfín tiene cuatro partidos consecutivos sin ganar, ¿qué ocurre?
Las lesiones, lamentablemente, produjeron que perdamos a nuestros jugadores que forman la delantera (Carlos Garcés y Roberto Ordóñez). Y, por ejemplo, en el partido contra Clan Juvenil (3-3), que se jugó en Sangolquí, erramos dos tiros penales y eso nos complicó en el campeonato. No debe preocuparnos lo hecho en esos cuatro partidos, sino lo hecho en el año. El equipo debe recuperarse.
Usted declaró que Emelec tendría ventaja en eventuales finales porque los árbitros suelen apoyar a los equipos grandes. ¿A qué se refiere?
Para un cuadro que no tiene tanta tradición, como es Delfín, siempre será complicado enfrentarse en una final a un club más grande. Los equipos grandes siempre van a tener mayor presión. Ellos van a llevar a toda su hinchada al estadio.
Estos dos factores ayudan a un conjunto grande a tener una mayor ventaja frente a otro plantel que no es uno de los ídolos del país. La cantidad de aficionados que Emelec podría traer acá, a Manta, más
el respaldo manabita que tienen los azules, no es igual al número de hinchas que podría traer El Nacional. El cuadro militar es la segunda opción de ganar la etapa. A un equipo grande hay que contrarrestarlo con buena actitud dentro del terreno de juego.
¿Qué representa para Delfín que Emelec no les haya podido ganar en el 2017 (tres empates y un triunfo de los cetáceos)?
Para nosotros eso siempre va a ser un plus anímico. Sería algo muy positivo enfrentar, en una (posible) final del campeonato, a Emelec, que no ha podido ganarnos como local y ni como visitante.
¿A qué atribuye el descenso del rendimiento de Delfín en la parte final de la segunda etapa del campeonato?
Delfín no tiene un equipo tan numeroso como para poder reemplazar a los jugadores que se nos lesionaron, pero esas son circunstancias del fútbol y hay que saberlas sobrellevar. Ahora tenemos un colchón, que es habernos adueñado de la primera etapa, lo que nos permite estar en la final.
¿Dónde cree que será la final de vuelta?
Nosotros deseamos que la final del 2017 sea en Manta, en el estadio Jocay. (D)