La Liga de Campeones como terapia para olvidar los males ligueros. Inmerso en un momento de dudas debido a la falta de resultados en la competición doméstica y en busca de un acierto goleador que parece extinguirse con el paso de los partidos, el Real Madrid afrontaba el partido en Chipre con la intención de dejar cerrada la clasificación para los octavos de final. Con el primer puesto prácticamente perdido después de la derrota ante el Tottenham en Wembley, las aspiraciones del campeón de Europa pasaban por cumplir el expediente y no permitir ni el más mínimo resquicio a la duda.
Enfrente estaba un APOEL que dio una buena imagen en su visita al Santiago Bernabéu en la primera vuelta y también había logrado rascar puntos a un Borussia Dortmund de capa caída con el que incluso se disputaba la clasificación para la presente edición de Europa League. Los chipriotas, rival en aquellos cuartos de final de 2012, contaban con el apoyo de todo un estadio para intentar la machada.
Un abismo
Sin embargo, desde que vio su nacimiento el partido dejaba bien a las claras que no tenía otro color que el blanco. Sorprendió el APOEL con un planteamiento ofensivo que distaba del que habíamos visto en sus enfrentamientos con Borussia Dortmund. Los chipriotas decidían dar un paso al frente e ir a buscar al campeón de Europa, una buena noticia para los visitantes. Con espacios que atacar y la calidad de sus piezas, el Real Madrid poco a poco se iba haciendo con el control de la situación hasta adormecer a una escuadra local que desaparecía con el paso de los minutos.
¡Así fue la celebración del gol de @lm19official, que nos puso por delante en el marcador con una volea espectacular! #RMUCL | #HalaMadrid pic.twitter.com/mkK3U1v5it
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) 21 de noviembre de 2017
El primer gol del choque llegó en el 23 como podría haberlo hecho minutos antes con algunas claras ocasiones. Sin embargo, fue el croata Luka Modric el que desde la frontal del área veía puerta y ponía por delante a los suyos. El tanto apenas varió la tónica del encuentro. Los blancos seguían con un dominio ante el que poco un nada podía hacer el APOEL. De este modo, antes de llegar al descanso veíamos como Karim Benzema decía adiós a una racha de seis partidos sin marcar con dos tantos y Nacho estrenaba su cuenta goleadora de este curso.
Con 4-0 al descanso, la segunda parte se presentaba únicamente como la ocasión perfecta para que el Real Madrid continuará con el festival, cargara la mochila de moral y, por qué no, Cristiano Ronaldo siguiera con el idilio que mantiene con una máxima competición europea de la que es máximo goleador. Y así fue. Los segundos 45 minutos sirvieron para ahondar en la profunda diferencia que actualmente existe entre APOEL y Real Madrid. Con el Tottenham remontando al Borussia Dortmund en Alemania y asegurándose la primera plaza, el campeón certificaba su clasificación como acompañante a base de goles.
Tras la reanudación era Cristiano Ronaldo el que sumaba dos nuevos tantos, por lo que ya son 8 las ocasiones en las que ha visto puerta en los cinco encuentros que ha disputado. Con 10 goles en 15 partidos oficiales, no cabe duda que las supuestas crisis del Balón de Oro son tremendamente subjetivas.