Lionel Messi llegará a Turín pocos días antes de que se le entregue la ‘Bota de Oro’ que atestigua al rosarino como el delantero más prolífico de Europa de la pasada temporada. Será el cuarto galardón que reciba el viernes la estrella del Barcelona por ninguna de la Juventus, quien no ha visto en toda su historia a ningún futbolista ‘bianconeri’ levantar el trofeo.
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Los puntos que permiten alcanzar la ‘Bota de oro’ surgen de los goles conseguidos en la liga nacional donde juega el jugador multiplicados por la dificultad de la competición, valorados por 2, 1,5 ó 1, siendo dos el número por el que se multiplica los goles cosechados en las ligas española, inglesa, italiana, francesa y portuguesa. Es decir, los 37 goles de Messi materializados en LaLiga supusieron 74 puntos. Suficientes para encabezar la lista y proclamarse vencedor.
Messi suma ya cuatro trofeos -2010, 2012, 2013 y 2017-. El mismo número de entorchados que Cristiano Ronaldo, uno de ellas con el United y los tres restantes con el Real Madrid. Lo sorprendente es comprobar cómo el 'Calcio' apenas está representado en el palmarés por jugadores italianos, ni extranjeros que jugaran en sus equipos, y menos por su institución más laureada: la Juventus, apartada de la lista de clubes agraciados con este trofeo que se entrega ininterrumpidamente desde 1968.
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Y no será porque la nómina de delanteros ‘juventinos’ en todo este tiempo haya sido escasa o con falta de pólvora, todo lo contrario. Con la casaca ‘bianconeri’ han desfilado atacantes o mediocampistas con gol como: Ibrahimovic, Trezeguet, Del Piero, Vialli, Baggio, Henry, Ravanelli, Rossi, Bettega, Tevez, Zidane, Platini... Casi nada.
De hecho, Francesco Totti, con la Roma, y Luca Toni, defendiendo el 'viola' de la Fiorentina, en 2007 y 2006 respectivamente, no son solo los últimos italianos en ganarlo, que también, sino los únicos en conseguirlo. Una situación muy extraña para una de las ligas más importantes y competitivas del viejo continente, a la que siempre se le ha echado de menos la producción goleadora, como queda demostrado en este caso.
Es cierto que Lionel Messi nunca ha marcado en Turín, del mismo modo que nunca había batido a Buffon ni había cantado gol ante la Juventus. Se desquitó por partida doble con dos dianas ante el coloso portero de la 'Vecchia Signora', demostrando de nuevo que si algo tiene el argentino es la capacidad de superar registros y marcas con asombrosa facilidad, como si el fútbol fuera sencillo, como si lograr 'Botas de Oro' fuera algo habitual. Y si no, que se lo pregunten a la Juventus.