“No me gustan las giras”. Con esta sinceridad se despachó Luis Enrique la primera vez en la que le preguntaron sobre el viaje que debía de afrontar el Barcelona a los Estados Unidos. Razón no le falta. Luis Enrique, un apasionado de la preparación física, sabe que los viajes (el equipo ha cubierto 20.619 kilómetros en diez días) los cambios de estadio y de hotel (el Barça ha jugado en Los Ángeles, San Francisco y Washington) y las pocas sesiones de calidad (11 entrenamientos contando los de recuperación) no es la mejor manera de preparar una temporada tan exigente como la que se presenta.
Carga física. A Luis Enrique no le tocaba otra que aceptar la gira, y más después de renovar en el último momento. Si quiere tener en su equipo a los mejores jugadores del mundo al precio que piden, el Barcelona debe de aceptar ciertos peajes. El año pasado ya se lo saltó y el resultado fue espectacular. El nivel físico del Barcelona a partir de abril fue apabullante. Hay que ver si esta temporada es capaz de repetirlo. Hay que tener en cuenta que este curso, el Barça va a tener un inicio de temporada muy cargado. Agosto, sin ir más lejos, es de locos, con dos títulos en juego y ocho partidos en 27 días. El calendario ha querido, además, que la primera vuelta sea mucho más dura, a priori, que la segunda, con visitas a la mayoría de campos complicados.
Ritmo. A pesar de los pocos entrenamientos, se vio claramente que el equipo, en el aspecto físico está bien. En ninguno de los tres partidos disputados en Estados Unidos se pudo ver a un Barça lento. Le plantaron cara físicamente a dos rivales como el Manchester United y el Chelsea que van mucho más avanzados que los culés en la preparación. Faltó explosividad y sprint, pero en cuanto a fondo físico, el equipo está más que bien y aguanta el ritmo de partido a la perfección. Otra cosa es que falten los cracks.
Calidad. Las ausencias han pesado en la resolución de los partidos. No poder contar con Messi, Alves, Neymar, Bravo y Mascherano tiene un precio. Sus sustitutos, como es obvio, no tienen su clase y dejaron demasiado solo a Suárez.
Suárez, el mejor. El uruguayo ha sido una de las mejores noticias de la gira. Por primera vez en cinco años podía afrontar una pretemporada completa tras realizar unas vacaciones. Y se ha notado. Este año puede ser decisivo.
Sergi Roberto y Rafinha. Junto con Suárez los más destacados de los tres partidos. El de Reus, además ha sido el jugador más utilizado dándose el caso de que Luis Enrique le ha descubierto como improvisado lateral derecho. Parece más un recurso que una opción de futuro, pero la lesión de Douglas le puede abrir la puerta.
Problemas en defensa. Lo primero que mejoró el Barça de Luis Enrique respecto al del Tata fue la solidez defensiva, especialmente en el juego a balón parado. A pesar de la incorporación de Vermaelen en la gira (puede ser importante el belga) el Barça recibió demasiados goles en este tipo de acciones. En la portería, Ter Stegen, destacado, parte con ventaja.
“Un balance positivo”. Tras el último partido, Luis Enrique se mostró satisfecho del trabajo realizado. Seguro que le hubiese gustado más entrenar en casa, pero las circunstancias mandan y las carencias que demostró el equipo son perfectamente asumibles. Y más, cuando regresen Leo Messi y Neymar.