Por: Víctor Garay Luna
La selección peruana se mudó a Argentina con sueños de grandeza, rescató un punto en la Bombonera como en 1969 y volvió a dar un paso firme en el sueño mundialista. Los que nacimos en los años 90 nos habíamos acostumbrado a resignarnos cada vez que Perú jugaba fuera de casa. Era casi imposible pensar en una victoria o en un empate. No estaba en nuestros pronósticos, y si se daba era calificado de un milagro. Hoy el panorama es distinto, porque el equipo de Ricardo Gareca nos ha demostrado que estos resultados no son por gracia divina, sino por puro trabajo.
En la segunda ronda de las Eliminatorias mundialistas, vimos a otro Perú: un equipo con alma, corazón y vida. Capaz de romper cualquier maleficio y dejar las malas rachas a un costado.
—Dos en uno—
Perú llegó al duelo ante Paraguay en Asunción sin poder ganar desde hace 12 años fuera de casa. Además, nunca pudo sumar de a tres en cancha paraguaya. En seis partidos apenas se rescató un empate en el 2004, el resto fueron derrotas. Ante los guaraníes se cumplió lo impensado con un contundente 4-1 y de a pocos el sueño mundialista daba sus primeros pasos.
—Mucha altura—
Si Paraguay fue difícil, Ecuador en Quito iba a ser peor. En la penúltima fecha doble de Eliminatorias, la selección necesitaba seis puntos y algunos otros resultados para estar entre los cinco primeros puestos. Además, iniciaba estas jornadas con la buena noticia de que el TAS ratificaba los tres puntos a Perú por el Caso Nelson Cabrera. Los goles de Flores y Hurtado le dieron un triunfo por 2-1 sobre los ecuatorianos. Esos tres puntos también fueron históricos. Perú jamás había logrado una victoria en Quito.
—Racha positiva—
Otro de los méritos de Gareca fue mantener la buena racha de su equipo. La última derrota de Perú fue el 15 de noviembre del 2016. Aquella vez se perdió por 2-0 en Lima por la jornada 12, desde entonces no volvió a caer más. La Bicolor ante Argentina sumó su quinto encuentro invicta y alcanzó el mismo récord logrado en las Eliminatorias de México 86.
—Por la última hazaña—
Mañana, Perú puede romper otras dos rachas negativas si le gana a Colombia. La primera sería terminar con el invicto cafetero en Lima desde 1981, y la otra es la tan ansiada clasificación al Mundial luego de 36 años. Es momento de reescribir nuestros libros de historia.