Se imaginan a los All Blacks retando a la selección de Alemania de fútbol a un partido 11 contra 11 bajo las reglas del "deporte rey" o al campeón de los 5 mil y 10 mil metros planos Mo Farah exponiendo su prestigio ante Usain Bolt en una carrera de distancia corta. Pasaría algo similar a lo del sábado, donde Floyd Mayweather le dio clases pagadas ante los ojos del mundo a Conor McGregor, quien en el octágono es temible, pero que en el ring fue un boxeador ordinario.
No había que ser un experto en boxeo para visualizar una victoria cómoda de Floyd Mayweather en Las Vegas. El estadounidense reculó los cuatro primeros rounds. Cada vez que le entraba un golpe sonreía, señal de que todo estaba controlado. Maniató a McGregor y cuando tenía servida la cena y se la comió casi sin masticar.
No hubo mucho más para el análisis. Mc Gregor dentro de un ring no tuvo ni tendrá chance con Mayweather. Es probable que cualquier boxeador de primer nivel le pueda ganar al irlandés, no es su deporte. La guardia abajo (extrema) y los 'cocachos' que recibió así lo demuestran.
Así pidan a Mayweather meterse al octágono, y devolver la visita, no lo hará, no se va a aventurar a andar un camino que no es el suyo y jugar con las ilusiones de sus fans, como sí lo hizo McGregor.