El Game Pass de la NFL pasará a costar 180 euros esta temporada. Para ser precisos, 179,99 euros. Se trata de un aumento de más del 20% con respecto a los 144,99 que costaba el año pasado y es un buen momento para preguntarse si la NFL en España está tan madura como para permitirse esa diferencia de precio en un año en su producto televisivo estrella.
La respuesta es un rotundo no.
El Game Pass es el servicio de stream online de la liga de football americano. Hace ya años que las grandes competiciones norteamericanas comenzaron a explotar las bondades de internet y, siempre tratando de no pisar los callos de sus socios televisivos, conformando un servicio que pusiera en los ordenadores de los seguidores todos los partidos de la temporada. De forma tímida, al principio, este servicio acabó convirtiendose en un monstruo gigantesco al que, francamente, la mayoría estamos enganchados sin remedio. Una calidad de imagen soberbia, unas opciones de visualización completas (máxime teniendo en cuenta la diferencia de horarios entre continentes y la posibilidad de ver los partidos cuando se quiera), integración de estadísticas y datos fantasy, amoldamiento de las cadenas temáticas y sus contenidos a lo que demanda el consumidor de internet, la creación del canal Red Zone que funciona a modo de "carrusel deportivo", los programas y documentales... absolutamente todo lo que sucede en la NFL se ve, analiza, degusta y debate, en el horario que más te convenga, en el Game Pass que, hoy, en pleno 2015, ya puedes ver en teles, móviles, tablets, ordenadores o consolas de videojuegos. El paraíso, vaya.
Soy consumidor de otros tres servicios parecidos: los de la NBA, MLB y Euroliga. Y puedo decir que todos ellos, en mayor o menor grado, van a rueda del de la NFL y su forma de hacer las cosas. Esto es, el Game Pass es el rey y el que marca el ritmo de avance de esta forma nueva de seguir el deporte. Y se puede asegurar que los fanáticos seguiremos consumiendolo porque es muy difícil volver al jamón de supermercado cuando se prueba el pata negra.
Pero eso no significa que no duela ver como el Game Pass pasa a unos inexplicables 180 euros al año. Y mucho más cuando la liga esgrime, como excusa para este aumento, el tipo de cambio entre el dólar y el euro mientras asegura que el precio en dólares no ha cambiado. Eso es difícil de creer cuando resulta que en Alemania o Francia el precio del servicio es de 249,99 euros, de donde se puede deducir que cada mercado tiene un valor diferente.
La razón fundamental para la subida, no obstante, es la aplicación de la llamada "ley Amazon" que es una normativa europea que ha comenzado a aplicarse este año en Europa y que obliga a sumar el IVA a los servicios telemáticos. Lo que sucede es que no es de recibo que esto se absorba directamente por los consumidores. La NFL ha puesto el 21% del impuesto directamente en el precio, lo cual resulta ilógico en el contexto actual.
Por poner un ejemplo cercano, la MLB y su servicio de stream han seguido una política diferente. Dado que no informaron con suficiente tiempo a sus clientes, esta temporada se "comen" ellos la subida, al menos en los casos en los que haya protesta por escrito sobre el nuevo precio, y ya se verá el año que viene.
No parece que el mercado español esté preparado para esta subida. La NFL aún es una liga menor en este país. Sin duda está creciendo y sin duda está buscando su sitio, pero no tiene aún la masa crítica necesaria como para andar jugando con el precio, de forma tan drástica, del instrumento de promoción más importante que tiene.
Por comparación directa, el League Pass de la NBA costó 150 euros las dos últimas temporadas. Es cierto que aún no se sabe que precio tendrá la liga de baloncesto en la 2015/2016, y que no es descartable un aumento similar al de la NFL debido al mismo impuesto, pero nadie puede dudar de que la implantación de la NBA en España es tan superior al de la liga de football que resulta ridículo que el coste de estos servicios sea mayor en la de los segundos. Al menos desde un punto de vista del marketing lo es, pues técnicamente, y como he dicho antes, tampoco es dudosa la superioridad del Game Pass sobre el League Pass. En todo.
Bastante más complicado lo tienen los pobres seguidores de La Liga de fútbol española, maltratados en estos temas (como en tantos otros) por ser un público tan fiel como asegurado para quienes gestionan la emisión televisiva de la competición. Si alguien quisiese ver toda la temporada, integra, de La Liga, antes de pensar en cuanto pagar, tendría que realizar una licenciatura en dirección y gestión de mercados televisivos: la oferta está tan disgregada y escondida entre "paquetes" de teleoperadores que, según como se mire, se podrían llegar hasta los 500 euros por ver todos y cada uno de los partidos de la competición.
La cuota media de algunos de los paquetes futboleros es de unos 25 euros al mes, pero están acompañados de permanencias obligatorias de 18 meses en unos casos, contratación de teléfonos o líneas de fibra óptica en otros, obligatoriedad de tener canales hasta de cocina e infantiles en los de más allá o, como guinda final, el tener que renunciar a un partido por jornada, normalmente uno que será del Real Madrid o del FC Barcelona. Un sindios. Así que, como conclusión más o menos aproximada, se puede decir que ver casi toda La Liga cuesta del orden de 300 euros al año. Y eso sin tener en cuenta que la comodidad, flexibilidad y disponibilidad están a años-luz de la de los servicios de stream de las grandes ligas norteamericanas.
El párrafo anterior, por cierto, ha de ser puesto con los verbos en pasado porque la temporada que viene todo parece que se simplificará. Movistar se ha hecho con los derechos globales de la competición y, en teoría, está preparando paquetes que incluirán (al fin) La Liga al completo en un precio cerrado y definido de antemano. Estaremos expectantes a ver cómo y cuánto es para compararlo con los deportes de nuestras entretelas.
La conclusión que deja este panorama es que, sí, el Game Pass de la NFL es el mejor servicio televisivo existente en el mundo hoy día para seguir una competición deportiva, pero que tiene un precio disparatado para el mercado español, pues está por encima de la NBA, su competidor directo. Eso sí, y hasta ver que sucede con Movistar, al menos está suficientemente lejos en organización, precio y eficiencia de La Liga como para que no haya lugar a la comparación.