El exastro de los Vaqueros de Dallas, Michael Irvin, no enfrentará cargos por agresión sexual, luego que los fiscales en Florida determinaron el lunes que ni un video de un hotel ni otras evidencias son suficientes para probar los argumentos de la mujer que acusa al exjugador.
Christine Adler, vicefiscal estatal del condado de Broward, escribió en un informe que, ante la falta de una corroboración adicional de la versión de la acusadora, la fiscalía “no será capaz de demostrar, más allá de una duda razonable, que la agresión sexual ocurrió”.
Una mujer de 27 años acusó a Irvin de narcotizarla y agredirla sexualmente en el hotel W de Fort Lauderdale en marzo. Irvin, de 51 años, ha insistido durante meses en que las acusaciones son falsas.
Irvin, quien llegó en 2011 a un arreglo en un caso de supuesta agresión sexual, dijo el lunes en una conferencia de prensa que las acusaciones más recientes le habían costado “millones” de dólares en patrocinios y oportunidades de negocios, pero se negó a dar detalles.
“Simplemente el ser acusado de algo como esto puede ser devastador”, comentó Irvin, originario de Fort Lauderdale, quien trabaja como analista para NFL Network y ofrece conferencias cristianas. Irvin fue elegido al Salón de la Fama en 2007.
Según el reporte de Adler, la acusadora dijo que había conocido a Irvin durante unos siete años, pero que sólo había un amor platónico entre ambos. Añadió que habían visitado distintos bares en aquella noche de marzo y que probablemente alguien colocó un narcótico en su bebida.
Al volver en sí, la mujer, quien no es identificada en los documentos, descubrió que Irvin trataba de tener relaciones sexuales con ella. La mujer habría pedido al exjugador que se detuviera, pero éste insistió.
Eventualmente, ambos descendieron al vestíbulo y la mujer se marchó, de acuerdo con ese relato.
Pero Adler dijo que el video no muestra que la mujer estuviera adormilada, aunque sí parece ebria. En un momento, baila frente a los ascensores.
Adler explicó que los investigadores no encontraron evidencias de una agresión sexual en la habitación de Irvin ni en el cuerpo de la mujer. Asimismo, los análisis de sangre y orina mostraron que la acusadora había consumido cocaína, éxtasis y otras drogas.
Los recuerdos confusos, las declaraciones incongruentes, el consumo de drogas y el video “hacen de éste un caso en el que no hay una probabilidad razonable de llegar a un veredicto de culpabilidad”, dijo Adler.