Joffre Guerrón, Agustín Delgado y Fidel Martínez mantienen ciertas conexiones, más allá de su origen natal: Ecuador. Los tres, futbolistas, han tenido un paso por el balompié mexicano, pero los últimos dos, lo hicieron por Pumas, donde más allá de disputar finales y hasta conseguir títulos, no se afianzaron y al poco tiempo, abandonaron Ciudad Universitaria, esta es una inercia que el primero en mención tendrá oportunidad de romper a partir del Apertura 2017.
Tal parece que los jugadores ecuatorianos no se adaptan ni rinden al máximo de sus capacidades en Pumas; la estadística marca a Joffre Guerrón como el tercero en esta lista, y el propio delantero parece no acarrear los mejores antecedentes, pues después de más de seis meses de inactividad, tratará de demostrar que su nivel de juego no ha sufrido un detrimento relevante y con Universidad, intentará reivindicar la imagen que dejó en Cruz Azul, donde era más constante en las polémicas que en la cancha.
Los únicos dos antecesores de Guerrón en Pumas no lograron consagrarse como inamovibles, pese a que tuvieron la posibilidad y el talento, pasa conseguirlo. El primero de la lista fue Agustín Delgado, que llegó a México a mediados de 1999, para vestir los colores de Cruz Azul, equipo que después de seis meses lo cedió al Necaxa; con una especie de revancha y la posibilidad de tener más minuto, El Tin demostró su calidad goleadora vestido de Rayo. En poco menos de tres años, marcó de 30 anotaciones.
La facilidad del desmarque, una estatura (1.89) que imponía ante férreos defensores y un remate, sobre todo con la cabeza, que casi siempre terminaba en gol, llamaron la atención de Southampton inglés, que pagó su cláusula de recisión para que el ariete se marchara a la Premier League a mediados del 2002; era, además, inamovible de su combinado nacional, con el que acudió a los Mundiales de Corea y Japón y Alemania 2006. “Siempre me distinguí por el esfuerzo, por entregarme en cualquier equipo que representé”, dijo en entrevista hace un par de años el ahora asambleísta de su nación.
En Europa no tuvo la continuidad que esperaba, por lo que al poco tiempo regresó a México, pero esta vez con Pumas, con el plantel que conquistó el título del bicampeonato de Liga, pero mismo en el que él no tuvo la participación deseada, esta vez, sí, por su baja de nivel. Delgado Chalá apenas disputó once partidos como felino en el Pedregal y solo marcó un gol; para Hugo Sánchez, pasó de ser el posible relevo de Bruno Marioni, a convertirse hasta en su tercera opción en el ataque. Terminado el Apertura 2004, abandonó Universidad y retornó a Ecuador.
Fueron once años más tarde, para el AP15, un segundo atacante del país que limita con Colombia recalaría en CU. Luego del descenso de Leones Negros, la directiva de Pumas apostó por el ‘rescate’ de Fidel Martínez, un media punta que había vivido el naufragio con la franquicia melenuda y que buscaba equipo. Dirigido por Guillermo Vázquez, el espigado delantero tendría un primer semestre de ensueño, en el que se convirtió en motor ofensivo, que asistía y anotaba por igual: “Vivo en un sueño; este es el mejor momento de mi carrera”, llegó a decir.
Aquella escuadra llegó a la final del torneo, pero no le alcanzó para vencer a Tigres y desde el manchón penal (2-4 en la serie; global de 4-4), en el estadio Olímpico, sucumbió en su aspiración del título; esa noche, Fidel erró su tiro de castigo. Sería el comienzo del fin. Con el empalme de la Copa Libertadores y la Liga, la dirigencia trajo a Luis Quiñones, un volante colombiano que en menos de cinco fechas ya había sentado a Martínez en el banquillo de suplentes, pues actuando primero como su relevo, fue solución por la banda izquierda.
El cambio de directiva y hasta de cuerpo técnico supondría una nueva oportunidad para Fidel, la última, que de cara al Apertura 2016, tendría que volver a demostrar su talento y vértigo. Con Paco Palencia en el timón del equipo, las cosas no fueron distintas. Martínez comenzó de titular, pero con el paso de las jornadas, el joven Jesús Gallardo, un chico de La Cantera, asumió ese papel… El atacante salió en el pasado mercado invernal, vendido al Atlas, donde se repitió la historia: confianza al inicio, bajas de juego y suplencia al cierre del semestre.
Estos son dos casos, los únicos, de antecesores de Guerrón, que como él, llegaron a Pumas cargados de ilusiones para marcar la diferencia, pero que con el paso de las semanas, se dieron cuenta que no sería sencillo. Tanto Delgado como Fidel arribaron a CU en mejores condiciones que Joffre, que parece estar lejos de sus mejores días, aunque no pierde la esperanza: “He madurado mucho… Vengo con mucha ilusión, muchas ganas de salir adelante, de hacer historia con este club. Estoy muy agradecido de que confiaran en mí”.