El primero de julio del 2002 fue una fecha sumamente especial para el futbol alemán, pues marcó el recambio, de algún modo, de una generación a otra. Un día antes, la veterana camada que dirigía desde el banquillo Rudi Völler había quedado al margen del título de la Copa del Mundo, después de que el Brasil de Ronaldo Nazario impusiera condiciones y los venciera por 0-2 en Yokohama. Más allá de la derrota, los germanos pensaban en una evolución como el siguiente paso.
La camada de los Oliver Kahn y Oliver Bierhoff, vivía sus instantes finales. Para empezar, los altos mandos del futbol germano eligieron a Jürgen Klinsmann, con Joachim Löw como los relevos en el timón de la selección, dos viejos conocidos, que de antemano sabrían como conseguir lo mejor de las futuras camadas; Alemania volteó a ver un modelo, con sus referentes... Los dos protagonistas de la dirección técnica realizaron un viaje a Rosario, Argentina. ¿El plan? Conocer a César Luis Menotti y Marcelo Bielsa.
15 AÑOS acumula Joachim Löw con Alemania; comenzó los primeros cuatro, como auxiliar y después asumió como DT.
Cuatro años después del naufragio en Yokohama, Alemania fue sede de la Copa del Mundo, mostrando al orbe el primer avance de su gestión, con una renovada generación, que exhibía la mezcla en la genética. Algunos como Lukas Podolski, Bastian Schweinsteiger y Philipp Lahm, dejaron en claro su calidad. Desde aquel torneo, Die Mannschaft solo aspiró a los planos principales del torneo más relevante a nivel de selecciones. En casa, tuvo que conformarse con el tercer puesto.
Algo cambió a raíz de ese torneo, de hecho en 2005, enfrentándose a México en la Copa Confederaciones (4-3), los germanos también dieron muestra de evolución en su juego. No solo ganaban, jugaban mejor. Tres años más tarde, pero ya sin Klinsmann, España, otro de sus ejemplos, le arrebató el título de la Eurocopa, de la mano y goles de Fernando Torres; mientras que a nivel de selecciones juveniles, seguirían fomentando el cambio, la renovación, el trabajo arduo para instaurar una idea diferente, dejando huella de por medio.
Con Joachim Low al frente de Alemania, el equipo llegaría a Sudáfrica 2010 con cuatro años de gestión de un entrenador que se adaptó a una estrategia agresiva, propositiva y contundente. Los Lahm, Podolski y Schweinsteiger, que ahora eran lo más experimentados del plantel, estaban respaldados por varios elementos que previamente habían sobresalido en Copas del Mundo Sub 17 y Europeos Sub 19 y Sub 21; a la base del 2006 se le agregaron los Toni Kroos, Sami Khedira y Mesut Özil, entre otros más. El resultado fue el mismo que el del proceso anterior: tercer puesto, aunque peleando con mayor ahínco, peleando al extremo con aspirantes, como España, en las semifinales.
71 GOLES completa Miroslav Klose con Die Mannschaft, cifra que lo convierte en el máximo anotador teutón.
Todo culminaría cuatro veranos después, en la cancha del Maracaná y frente a la Argentina de Lionel Messi. Con un solitario gol de Mario Götze, que se consiguió en los tiempos extras, los teutones sumaron el campeonato que tanto anhelaban. El cuarto título a nivel del orbe llegaba esta vez, pero de una manera diferente, con un trabajo paulatino en diferentes selecciones; de hecho, ese mismo año, obtendrían el cetro del Europeo Sub 19. "Estamos acostumbrados a ganar, es un camino a seguir y a largo plazo", dijo Löw después de consumar tan laureado logro.
Y desde entonces, hasta ahora, acumula más condecoraciones: finalista (Medalla de Plata) en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, el año pasado, finalista en la Copa Confederaciones actual, que de paso, y con un escuadrón secundario, exhibió las carencias de la selección mexicana. Como publicó Juan Villoro en su cuenta de Twitter: "El futbol tiene ilusiones por doquier, pero cuando te enfrentas a la realidad, siempre pierdes, y hoy, la realidad se llama Alemania".
Tres días después de eliminar al Tri en Rusia 2017, con otro combinado, que incluso está lejos de pertenecer al máximo representativo, la Alemania del Europeo Sub 21 ganó el torneo frente a una de las mejores generaciones de España en este nivel; por marcador de 1-0, los teutones impusieron condiciones, confirmando lo que se puede percibir a la distancia. A raíz de aquel traspié en 2002, no solo se reivindicaron para seguir ganando, sino que perfeccionaron su estrategia para mantenerse al tope del rendimiento. Hoy, no existe fórmula o combinado que les haga sombra de cara al siguiente Mundial.