Si no recordábamos algo parecido es porque tenemos mala memoria, interesada y selectiva. Froome lo hizo igual, o muy similar, en el Tour de 2013. Entonces, como ahora, dio su primera dentellada en la etapa que estrenaba la montaña, la octava. El destrozo no fue tan grande, aunque también resultó considerable. Aquella lejana tarde Nairo y Contador se dejaron 1:45; Richie Porte entró en segunda posición, exactamente como ayer, después de haber ejercido, de nuevo, como rabioso lanzador.
El pasado ayuda a entender, pero el susto no hay quien nos lo quite. En esta ocasión, las diferencias son dignas de otra época, asombrosas por producirse en la décima jornada y en la primera montaña. Nairo, el mejor escalador del pelotón, perdió 1:04; Contador, reciente ganador del Giro, se dejó 2:51 y Nibali, vigente campeón del Tour, entregó 4:25. Fue una etapa, pero pareció un safari.
Podríamos pensar que coincidió el mal día de muchos, pero estaríamos equivocados: fue un gran día de uno. Para comprobarlo no hay más que observar la general. Si obviamos al líder, los cinco ciclistas que le siguen (Van Garderen, Nairo, Valverde, Thomas y Contador) se encuentran en el intervalo de un minuto y doce segundos. El Tour anda muy competido en la clasificación general de humanos.
Fue Christian Prudhomme, director del Tour, quien comparó el estilo de Froome con el de Paula Radcliffe, aquella atleta británica que desencajaba su cabeza en cada zancada. Es cierto que el líder no corre bonito. Sin embargo, juraría que utiliza esa piel como camuflaje, para distraernos de su enorme categoría como ciclista. Por eso nos resistimos a darle como favorito indiscutible antes o como ganador virtual ahora, aunque ya tengamos una lanza clavada en mitad del esternón.
Resumen - Etapa 10 (Tarbes > La Pierre-Saint... por tourdefrance_es
La esperanza, en este momento crítico, es que los damnificados por Froome compartan la misma rebeldía. Su exhibición ha dejado mucho talento enfadado y la reacción debería llegar hoy mismo, quizá en el descenso del Tourmalet, y repetirse luego en las jornadas que restan hasta París. Saber que existe un ciclista superior nos sitúa ante otro Tour no menos interesante. Ya no se trata de ganar, sino de cómo ganarle a él. Ya no tenemos un ciclista preferido; ahora son 182, los que siguen al líder.
Valverde (a 2:01 en la etapa) fue la única sorpresa gratificante entre los españoles, aunque nunca comprendamos su estrategia en las grandes vueltas, caso de tener alguna. También destacó Rafa Valls (a 3:09), uno de los primeros en atacar. Entre los franceses emerge Gallopin y a duras penas resiste Barguil, que sufrió una dolorosísima caída en el avituallamiento. El resto se hunden estrepitosamente: Péraud llegó a 5:38, Bardet a 8:50 y Pinot a 10:03.
Terreno. Froome fue perdiendo gas en la tercera semana del Tour 2013, pero tan levemente que nuestro optimismo debe buscar mejor alimento. La ilusión se tiene que sustentar en la santa alianza de los afectados y en las once etapas que faltan, una sucesión de montañas que nos llevará a un punto determinado pero a un paisaje por determinar. Eso y no otra cosa significa safari, “viaje”.