El nuevo jefe de la Fórmula 1, Chase Carey, está decidido a explotar el mercado norteamericano y sueña con un Gran Premio en Nueva York.
"Estamos todos de acuerdo en que una carrera en Nueva York tiene prioridad", dijo Carey en una entrevista desde la Gran Manzana.
El magnate estadounidense de 63 años sucedió este año al polémico Bernie Ecclestone como el mandamás de la Fórmula 1 y tiene como gran objetivo expandir la marca comercial de la serie de carreras. Y Estados Unidos juega un papel primordial en ese propósito.
"El vínculo con Europa es consistente, pero vemos grandes posibilidades de crecimiento para el deporte en Norteamérica, Sudamérica y Asia. Ya hemos dicho que vemos una gran oportunidad para el deporte en Estados Unidos", señaló carey, dueño de la empresa Liberty Media.
Estados Unidos tiene actualmente un Gran Premio, el de Austin, pero el nuevo jefe de la Fórmula 1 quiere una ciudad icónica.
"Hablo de Nueva York, Miami, Los Angeles o Las Vegas, ciudades que son las más adecuadas para albergar con éxito un evento de una semana y atraer a gente de todo el mundo", dijo Carey.