La familia Bianchi está perdiendo la esperanza. Eso que dicen que es lo último que se pierde. Philippe, el padre de Jules, ha concedido una entrevista a 'France Info' donde reconoce que la tesitura actual es límite y que la recuperación de su hijo tras el accidente de Japón en octubre no avanza. "Es una situación insufrible, una tortura diaria", explica, para concretar: "El tiempo pasa y ahora soy menos optimista que dos o tres meses después del accidente de Japón, cuando esperábamos que la evolución fuera mejor. Hay que darse cuenta de lo grave que es esta situación".
Escuchando al progenitor del piloto de Marussia queda patente el infierno por el que están atravesando: "A veces sentimos que nos volvemos locos porque para mí es peor que si se hubiera muerto porque no podemos ayudarle más allá de lo que está en nuestras manos". Durísimas palabras que reflejan sufrimiento y que albergan poco optimismo futuro: "Si Jules sale de ésta y se encuentra con grandes discapacidades, sabremos que no es lo que él querría. Ya habíamos hablado de eso. Un día nos dijo que si tuviese un accidente similar al de Michael Schumacher y no pudiera volver a pilotar nunca más, le costaría muchísimo aceptarlo. Porque correr en coche era su vida".