El alemán Sebastian Vettel se impuso hoy en el Gran Premio de Fórmula 1 de Australia, donde Ferrari abrió el campeonato con un claro aviso de que este año pretende pelear en serio con Mercedes.
Las ‘flechas de plata’ completaron el podio con el británico Lewis Hamilton y el finlandés Valtteri Bottas, que cruzaron la meta en segunda y tercera posición, respectivamente; mientras el mexicano Segio ‘Checo’ Pérez, de Force India, culminó en el séptimo lugar.
Vettel, que pasó todo 2016 en blanco, logró en el circuito de Albert Park el triunfo número 43 de su carrera y el primero tanto para él como para Ferrari desde el Gran Premio de Singapur en septiembre de 2015.
El inicio fue especialmente emocionante. A excepción del local Daniel Ricciardo, cuyo Red Bull se quedó varado en el camino a la parrilla de salida, todos estaban preparados para la primera carrera de la temporada. Pero entonces, el semáforo se puso amarillo y la largada fue abortada porque el alemán Nico Hülkenberg, de Renault, se había adelantado en su posición.
Se dio una nueva vuelta de calentamiento y solo entonces se encendieron las luces rojas en Albert Park. Después de ser segundo en 2016, Hamilton partió como alguien decidido a continuar su colección de títulos. El único que pudo aguantarle fue Vettel, cuatro veces campeón mundial.
Detrás del Mercedes del británico, que tras diversos problemas en la salida el año pasado con su ex colega Nico Rosberg, recorrió esta vez de forma brillante los primeros 383.6 metros hasta la primera curva, se ubicó el Ferrari de Vettel.
El finlandés Valtteri Bottas, segundo piloto de Mercedes, tuvo que ceder terreno poco a poco, aunque a punto estuvo de atrapar luego a Hamilton en el tramo final.
No hubo grandes carambolas en la primera de las 20 carreras del campeonato. La única fue un toque en la cola del pelotón entre el Haas de Kevin Magnussen y el Sauber de Marcus Ericsson. El esperado espectáculo por los bólidos más anchos y rápidos no se produjo.
Vettel no pudo acercarse lo suficiente para atacar, pero cuando finalmente acortaba distancias, Hamilton entró en boxes e hizo cambiar sus neumáticos. Hasta aquí, el británico logró un nuevo hito en su carrera: junto al alemán Michael Schumacher, el inglés es el único piloto con más de 3 mil vueltas en cabeza de la prueba.
Con las gomas nuevas, el tricampeón mundial marcó tiempos casi medio segundo más rápidos por vuelta que Vettel. El problema para el Mercedes fue que de repente se quedó atascado tras el Red Bull de Max Verstappen.
"No hay manera de adelantar al tipo", se quejó Hamilton, que dijo así adiós a toda posibilidad de recortar los valiosos segundos ganados por Vettel, quien cinco vueltas más tarde que el inglés, cambió también sus ruedas.
El cálculo de la escuderia fue acertado: Vettel salió a la pista justo antes de Verstappen y del ofuscado Hamilton. En el box de Mercedes, el jefe del equipo, Toto Wolff, frustrado y furioso, golpeaba con su puño sobre la mesa.
Fue el momento clave de la carrera, en el que se preparó la primera victoria de Vettel tras un largo periodo de sufrimiento del alemán, cuyo contrato con Ferrari expira este año.
Ricciardo tuvo un fin de semana para olvidar al quedar fuera de carrera con una avería de motor en la vuelta 29 de las 57 del Gran Premio.
El australiano había sufrido un problema eléctrico en su Red Bull en la vuelta de reconocimiento y tuvo que partir del "pit lane" con tres vueltas ya disputadas. Para colmo, previamente había sido retrasado cinco puestos en la parrilla, al decimoquinto, por cambiar un componente de su cambio durante la noche.